miércoles, 11 de septiembre de 2019

¿y a mí qué chingados?

En aquel día de diciembre, un abogado con el que estaba trabajando no me entregó un documento en el día acordado.  Me explicó que su papá estaba muy enfermo en el hospital.  Recuerdo haber pensado: "¿y a mí qué chingados?", mientras trataba de parecer empático y al mismo tiempo recordarle la importancia de terminar ese documento.

Días después mi padre murió sorpresivamente.

Otros días después volví a ver al abogado.  Le pregunté por el estado de salud de su papá.  Con lágrimas en los ojos me platicó que había muerto.

Ahora sí fuí empático y le dí mi más sentido pésame y un abrazo.

De mi papá no dije nada.  Perdí el derecho a sentir días antes.


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